Salud mental, una necesidad de primer orden en nuestras escuelas / Reimaginando la educación

Aguascalientes, Septiembre 04 (2023).- En la relación entre la educación y la salud mental, se encuentra un vínculo profundo y poderoso que moldea no solo la experiencia de aprendizaje de los estudiantes, sino también sus vidas en su totalidad. La importancia de abordar esta conexión no puede ser subestimada en un mundo donde la presión académica, los desafíos socioemocionales y las tensiones de la vida cotidiana afectan a estudiantes y educadores por igual.

La salud mental en las escuelas es un problema cada vez más apremiante. Los estudiantes se enfrentan a una multitud de desafíos, desde la ansiedad y la depresión, hasta el acoso cibernético y la presión para destacar en un entorno altamente competitivo. Los educadores también experimentan altos niveles de estrés debido a la carga de trabajo y las expectativas constantes; situación que se ha venido incrementando -o al menos siendo más evidente- desde la aparición de la pandemia por COVID-19 y la migración a la educación a distancia, y ahora, con la implementación de la Nueva Escuela Mexicana y sus múltiples cuestionamientos e indefiniciones a cuestas, donde la mayor carga en cuando a su operatividad y materialización en las escuelas ha recaído en los colectivos docentes, muchas de las veces en aislamiento y con falta de un efectivo acompañamiento. Este entorno tenso y estresante no solo afecta el bienestar general, sino que también puede obstaculizar el proceso de aprendizaje.

En este contexto, resulta imperativo que las instituciones educativas reconozcan su papel crucial en la promoción de la salud mental. -sin que ello, implique necesariamente una mayor carga laboral, administrativa, o de responsabilidades- si no, como una necesidad que no puede obviarse, ante el riesgo de que sean los centros educativos reservorios o bien, testigos de escenarios catárticos con consecuencias lamentables producto de alteraciones conductuales. Las escuelas no deben limitarse a ser lugares donde se adquieran conocimientos académicos; También deben ser refugios de apoyo emocional y social. Es decir, escuelas que abracen, que cuiden, procuren, y permitan el florecimiento integral de sus estudiantes.

Algunas de las intervenciones que en el plano escolar y áulico pudieran darse, y que auxiliarían en gran medida a la contención, la canalización, y el abordaje de situaciones emocionales, son:

  • La incorporación de metodologías de enseñanza con fundamentos de neurociencia educativa, que ayuden al docente y los estudiantes a conocer mejor cómo funciona el cerebro, reconocer sus procesos -incluidos los emocionales-, aprender a regularse, y para potenciar los aprendizajes.
  • La inclusión de programas institucionales – o bien, de actividades extra escolares y dentro del salón de clases- que aborden temas de habilidades humanas o educación socioemocional, que permita a los estudiantes conocerse mejor, identificar sus emociones, y desarrollar habilidades para la vida social.
  • Las escuelas deben contar con apoyo y orientación socioemocional de profesionales en el área de la salud mental, la NEM pone foco en la comunidad, y a partir de esta concepción, la vinculación de la escuela debe fortalecerse, y con ella, ampliarse los horizontes de colaboración con diversos actores e instituciones que sirvan como apoyo para atender este tema.
  • Trabajar al interior de las escuelas en la reducción de la estigmatización, es decir, fomentar un entorno donde hablar sobre la salud mental sea aceptado, y reconocido como una necesidad, para fomentar la apertura, la empatía, y hacer que los estudiantes se sientan más cómodos buscando ayuda cuando la necesiten.
    Las y los maestros, también enfrentan desafíos significativos para mantener en armonía su propia salud mental. Las escuelas y la administración educativa deben implementar acciones y políticas que promuevan el equilibrio entre el trabajo y vida, brindando apoyo a los educadores y reconociendo la importancia de su bienestar. No sólo a nivel de la formación profesional, sino, procurando su pleno desarrollo con opciones deportivas, de recreación, culturales, alimentarias, entre otras.
  • En síntesis, la salud mental es un tema en el que no se puede mirar hacia otro lado, se debe abordar de manera conjunta por quienes intervienen en el ejercicio educativo con la mayor seriedad, y compromiso, hacerlo no sólo significa cumplir con una responsabilidad profesional, sino velar por el bienestar de toda la comunidad educativa, sentar las bases para un futuro más saludable y equitativo para todos, donde el semillero para el florecimiento humano sean las escuelas, y el sustrato sea la vocación, la compasión, y la empatía, de autoridades, maestros, y padres de familia.

Mtro. Ulises Reyes Esparza, Lic. En Educación Secundaria con especialidad en Historia, Mtro. en Educación con especialidad en Tics., Ex director general del Instituto de Educación de Aguascalientes, Ex director de Carrera del Magisterio del IEA, actual títular de Educación Superior de la Asociación Internacional de Instituciones Educativas Privadas (AIIEP)